Después de un almuerzo de película en la que todos disfrutaron de la buena comida, en una terraza, frente a una gran piscina y bajo una sombra acogedora, los asistentes del Elite Mastermind comenzaron a tejer las relaciones que los llevará a facturar, mínimo, un millón de dólares en un año.

La oportunidad estaba hecha…

Un ponente en cada mesa, los futuros millonarios a su lado y un sentimiento de entusiasmo y conexión inundó el ambiente. Las ideas fluyeron, el conocimiento se impregnó como si de un perfume se tratara y los marketers de élite pasaron, por momentos, de ser leyendas y figuras inalcanzables, a tomar el papel de aliados estratégicos.

La misión de los próximos doce meses es una realidad y no hay vuelta atrás.

A primera hora, en la mañana, Mike se los hizo saber y les dejó un recordatorio: en la muñeca de cada uno cuelga una pulsera con un significado muy poderoso. Cada día la mirarán y recordarán el propósito con el que la cargan.

Sabrán que hay un objetivo por cumplir y que las conexiones que tienen, los aliados con los que trabajan y el conocimiento que ponen en práctica, los llevará a cumplir una meta que, a lo mejor, antes de participar en el Elite Mastermind, no sabían que podían cumplir.

El encargado de retomar la jornada fue Cristóbal Verasaluse, tomó la riendas del escenario en un momento que, por lo general, es un ancla para la energía porque el pasar de los minutos se vuelve pesado. Sin embargo, él tenía un plan. Todo estaba calculado, aunque, si nos detenemos a pensar, nada que venga de él nos debería sorprender porque, al fin y al cabo, es un maestro mental.

¡Todo el mundo de pie! La dinámica estaba por empezar. La idea fue activar el cuerpo con estilo y, entonces, como si de una audición para un musical se tratara, todo el mundo hacía a la par tres pasos para coordinar movimientos.

Decir que todos fueron esponjas de toda gota de conocimiento que cayó de la tarima, es poco.

Cuál inyección de cafeína en las venas, todos quedaron activos y listos para la ola de aprendizaje que se avecinaba. ¿El tema? compartir las herramientas y técnicas necesarias para leer un libro en menos de 60 minutos, una locura. ¿Las claves? Mantener la constancia y el enfoque.

La charla se abordó desde tres pilares fundamentales: el ser, el saber y el hacer. La forma de trabajarlos es a través de las emociones y el desarrollo de capacidades que permitan el crecimiento del cerebro haciendo énfasis en los limitantes que se deben eliminar.

En resumen fue una ponencia bastante dinámica, desde el inicio trabajó con un tablero en el escenario y una mesa llena de herramientas para desarrollar la capacidad de lectura y comprensión. Incluso, en un momento, propuso un ejercicio que cuestionaba y reinventaba la manera de leer un libro para medir su generación de valor, pues, según él, siempre se debe “desafiar” la información puesta ahí y medir si, realmente, cumple con lo que promete y con lo que esperamos del autor.

Al final, entendimos que la lectura es todo un ritual y un momento que debe tener unos métodos para sacar el mayor provecho posible. La estimulación de la mente no es solo para abordar una lectura, también puede desarrollar cualquier actividad que nos exija un grado de concentración y comprensión importante, Cristóbal compartió varias herramientas y métodos prácticos que se pueden realizar con facilidad en el quehacer diario para lograrlo.

La sencillez de los métodos, comparado con la riqueza de los beneficios, es simplemente abrumadora.

Tanto así que, este tipo de ejercicios, pueden marcar una diferencia importante entre los que los realizan eficazmente  y cumplen sus metas , y a los que les toma un poco más de tiempo hacerlo.

De igual manera, hay muchos recursos que pueden ayudar a organizar las ideas y, cuando se implementan, la información realmente trasciende y el contenido de cualquier libro termina enriqueciendo tremendamente al lector. Los métodos y conocimientos de Cristóbal Verasaluse, son la base del aprendizaje de un excelente emprendedor. De su ponencia, nos quedamos con la frase de “Invierte el tiempo en ti y demuestra cuánto vales”.

El segundo turno de la tarde fue para Jhon Benavides, el creador del reto de los diez mil dólares en un día, el marketer que llevó los lanzamientos a otro nivel. Su ponencia fue reveladora, cruda y contundente: 5 leyes de persuasión para que tu producto sea irresistible ante las masas.

Así de sencillo, una checklist sobre cinco principios que, si tu producto cumple, tiene la acción y aprobación de las masas garantizada.

Cualquiera que haya estado dentro del recinto, escuchando todo lo que tenía para compartir, fácilmente podría experimentar escalofríos por lo contundente de sus conceptos.

Y es que Jhon les recordó a los asistentes lo poderosas e imponentes que pueden ser las ideas cuando, de verdad, se creen en ellas. Un emprendedor que realmente esté convencido de su producto y de su idea, es capaz de transmitir ese mismo entusiasmo, pasión y poder a todas las masas. Pura persuasión que convence y, por supuesto, vende.

La ecuación para entenderlo no es complicada:

Gran idea=base de una gran promesa.Base de una gran promesa=producto.Producto=es una gran idea.

En ese orden de ideas, la ecuación valida la primera de las cinco leyes: el principio filosófico que, en resumidas cuentas, trata sobre el parásito más resistente: una idea, una idea tan fuerte que, una vez se aferra al cerebro, es imposible quitársela. Esa es la base de una gran promesa y un producto.

La segunda ley es sobre la comunidad. Para nadie es un secreto que hacer marketing no se trata sobre el dinero, es más sobre crear comunidades, darles valor. Ese principio lo saben casi todos y sus esfuerzos van dedicados a cumplir ese objetivo, sin embargo, la clave para tener éxito y no fracasar en el intento es saber diferenciarse y hacer un trabajo que ninguna audiencia se espera.

La tercera va de la mano con la segunda: la empatía. Una vez entendida, es sumamente poderosa, tanto así que las consecuencias que puede tener son trascendentales. Tanto para bien, como para mal.

La cuarta es la plausibilidad, la cuestión es elevar el grado de autoridad de una persona sin que parezca egocéntrica. Los asistentes se llevaron métodos interesantes para conseguirlo y afianzarse como líderes de opinión o personajes legítimos.

La quinta y última ley es el significado. Todo producto que se venda, debe tener una razón o un sentido para que la audiencia lo compre. Las cinco leyes, completas, con lujo de detalles y el respaldo de un crack de las temáticas, como Jhon, quedaron grabados e inmortalizados en las notas y mentes de los aprendices.

Decir que la emoción y el asombro eran indescriptibles sería injusto.

No se puede disimular, ni por un segundo, la emoción y el sentimiento de poder que todos sintieron al finalizar la ponencia. Jhon les acababa de dar una lista con todo lo que tenían que hacer para que sus productos, literalmente, fueran deseados.

Después de la intervención hubo un coffee break, una sesión de networking y, por supuesto, una nueva integración a cargo de Cristóbal.

No hubo mejor manera de cerrar el día. El broche de oro lo aportó la ponencia del maestro de los productos digitales, Mauricio Duque.

De nuevo teníamos un paso a paso, un checklist, un método exitoso para crear productos digitales ganadores enfocados en nichos. Un tema que tuvo tanto de ancho, como de largo. Dos horas en las cuales Mauricio abrió las puertas de Seminarios Online, nos mostró su método, su manera de abordarlo, su razonamiento, consideraciones, procesos y muchas cosas más que tiene en cuenta al idear un producto con la reputación y éxito que todos conocemos.

Dejó un panorama amplio y completo sobre la creación de productos digitales.  Él tiene claro el razonamiento y funcionamiento de las audiencias y de cada nicho. Al final quedó claro que es posible vender y vivir de las pasiones.

Así finalizó el primer día del Elite Mastermind y la misión de todos los emprendedores quedó encaminada.

Adquirieron el compromiso de facturar, mínimo, un millón de dólares en los próximos doce meses. Tienen el recordatorio colgando en su muñeca y dieron un primer gran paso con los primeros ponentes del más alto nivel. Quedan grandes aprendizajes asimilados, listos para ponerlos en acción y expectativas gigantes para comenzar el segundo día del Elite Mastermind.

    1 Response to "Así fue como Cristóbal, Jhon y Mauricio paralizaron el recinto con sus ponencias del Elite Mastermind"

    • Lina Urrego

      Me parece genial que piensen en un blog para las personas que nos apasiona la lectura, felicitaciones!

Leave a Reply

Your email address will not be published.